Informativo do Conselho Mundial de Igrejas, 22.04.2010 (texto em espanhol)
En una declaración ecuménica que ha de presentarse en la sesión conclusiva de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, organizaciones y personalidades cristianas insisten en la función positiva que las religiones y la espiritualidad pueden desempeñar para conseguir una coexistencia más armoniosa entre la humanidad y la naturaleza.
La Conferencia, que se celebra en Cochabamba del 19 al 22 de abril, ha sido hospedada por el Presidente boliviano Evo Morales. Asisten a ella, según informes de los medios de comunicación, más de 10.000 personas, muchas de las cuales pertenecen a pueblos indígenas y redes ambientalistas.
La sesión de clausura se celebrará el Día Internacional de la Madre Tierra, 22 de abril. El evento anual fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009, mediante la aprobación de una resolución promocionada por Bolivia.
“El Cambio Climático es el producto de una mentalidad humana que considera a la Naturaleza como objeto de dominación, explotación y manipulación y al ser humano como su dueño y medida”, se afirma en la declaración.
Sus firmantes reconocen “que una interpretación de la tradición judeo-cristiana ha contribuido en la historia a fomentar este tipo de antropocentrismo y la explotación inmisericordiosa de la Naturaleza, mal interpretando la responsabilidad de ser 'cuidante' y abogado de la creación, encomendada por el Creador”.
La declaración continúa exigiendo una nueva espiritualidad de coexistencia respetuosa, que se forje en un diálogo entre los pueblos de la tierra. Dicha declaración forma parte de la contribución que una coalición de organizaciones cristianas aporta a la conferencia.
La coalición organizó también paneles sobre las religiones – especialmente, el cristianismo – y el cambio climático, así como la presentación de publicaciones recientes sobre el tema. Participan en ella el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y sus iglesias miembros de Bolivia, así como el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), y está coordinada por el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT).
"La Conferencia de los Pueblos ofreció la oportunidad de escuchar a quienes se verán más afectados por el cambio climático", dijo el Dr. Guillermo Kerber, encargado del programa del CMI sobre el cambio climático. "El CMI la considera un instrumento para construir un consenso mundial sobre el cambio climático y para presentar las perspectivas de protagonistas que no han sido escuchados suficientemente en el proceso de negociación de las Naciones Unidas, tales como los pueblos indígenas".
Nota: O texto está em espanhol e foi extraído do site do Conselho Mundial de Igrejas. Fica claro o posicionamento contrário ao conceito preservacionista da tradição judaico-cristã. Os participantes, em seu consenso final, pedem um diálogo mais amplo, certamente em que os princípios bíblicos não deverão ser predominantes porque há muitas religiões que não creem na Bíblia. O que parece não estar claro para quem adere a este tipo de movimento é que a Bíblia, no livro de Gênesis, por exemplo, esclarece que o mundo e tudo o que foi criado por Deus ficou sob domínio/ administração do ser humano. O problema não foi de Deus, mas da maneira como o ser humano tem agido com a fauna e a flora mundiais e com os recursos colocados ao seu dispor. Quem não acredita em uma criação literal de seis dias por Deus tem dificuldade de entender este viés da preservação criacionista e logo critica o cristianismo. Pode haver problemas com igrejas, mas não com o conceito bíblico que permeia o livro sagrado para os cristãos. Em Salmos 24:1, é dito que tudo foi estabelecido por Deus e que Ele é o legítimo proprietário dos recursos. O uso racional e equilibrado disso ficou sob a tutela do ser humano, igualmente criado por Deus. Mas a Bíblia não exalta a natureza acima do Seu Criador.
Escrevi artigo sobre isso publicado em http://www.esperanca.com.br/2010/01/destruicoes-naturais-ou-provocadas/.